martes, 16 de septiembre de 2014

Cosmovisión Mapuche (Resumen)

Modelos de kultrun en el Museo Mapuche de Pucón, Chile.
El pueblo mapuche representa el mundo con una forma como de naranja, de la cual solo una mitad se puede apreciar por quienes viven en este mundo.

La enseñanza de la cosmovisión se entregaba tradicionalmente a los niños mediante el kultrun, el instrumento musical - ceremonial más antiguo que poseen los mapuche.


El plano vertical (espiritual)

Tanto las personas (che), como los espíritus de los antepasados, participan de los dos mundos, manteniendo un equilibrio dinámico entre el bien y el mal. El mundo donde vive el hombre es Mapu, y sobre este se ubica el Ankawenu (cielo).

Wenu Mapu: La tierra de arriba, espacio sagrado e invisible donde habitan la familia divina, los espíritus del bien y los antepasados mapuche.
Nag Mapu: La tierra central, también conocida como "la tierra que andamos", aquel espacio visible que es habitado por los hombres y la naturaleza.
Miñche Mapu: La tierra de abajo, donde se encuentra la fuerza del mal o espíritus malignos.



Pentukun (saludo) entre lonko antes de un partido de palin en el sector Boroa, Nueva Imperial, Chile.


El plano horizontal (terrenal o Nag Mapu)

Al conjunto de relaciones espaciales y particularidades territoriales del mundo Mapuche en el plano del Nag Mapu, se le denomina Meli Witran Mapu.

Corresponde a la manera de entender la tierra pengei (visible) que habita el mapuche organizada a partir de los meli zuam (cuatro lados de la tierra), lados que definen particulares modos de vida a partir de la manera en que el mapuche se relaciona en cada uno de ellos con la naturaleza y el medio que los rodea.
Al asimilarlos con los puntos cardinales se definirían de la siguiente manera:

Puel Mapu (Este): Lugar de los dioses, los espíritus benéficos, los antepasados, rogativa a los dioses, la ayuda divina.
Pikun Mapu (Norte): Lugar de Mala suerte.
Lafken Mapu o Nau Mapu (Oeste): Lugar de los espíritus del mal.
Willi Mapu (Sur): Lugar de Buena suerte.

Es por esto que en el aspecto ritual la religiosidad mapuche no se expresa por medio de templos u otras construcciones con carácter de sacralidad.

Al contrario, se traduce en un íntimo contacto con los espíritus de la naturaleza (Ngen), y la tierra representada en la Ñuke Mapu.

Por lo tanto, un claro en el bosque rodeado de árboles nativos y purificado a través de ceremonias rituales se covierte en el templo más sagrado. La única construcción que admiten es el rewe, un tronco de canelo en el que han sido labrados unos altos peldaños que permiten al oficiante, Machi o el Ngenpin, subir a su ápice para presidir las ceremonias.


Rewe en el sector Lladquihue, cerca de Temuco.